El vidrio comenzó a utilizarse como medio de guarda y transporte de vino a partir del siglo XVII. Hasta esa época, el vino se almacenaba en ánforas de barro, barricas de madera, o tripas de animales.

El motivo principal por el que comenzó a utilizarse el vidrio, en lugar de los envases tradicionales, fué porque el vidrio tiene una características que lo hacen menos poroso, y más neutro a reacciones químicas con otros agentes.

El tamaño de la botella de vino tiene una influencia en la conservación del líquido. Los motivos fundamentales son el impacto que el tamaño produce en la oxigenación y temperatura del vino:

Tomemos como ejemplo la comparación entre una botella estándar (750 ml.) y una botella Magnum (1.5 litros). Ambas tienen la misma cantidad de oxígeno pero en el caso de la botella de mayor tamaño, tiene el doble de contenido. Por tanto proporcionalmente tiene la mitad de oxígeno que la estándar.

Como sabemos los cambios de temperatura no son favorables para la conservación del vino. Cuando la temperatura exterior varía, en las botellas grandes la incidencia de la variación térmica tiene menos influencia.

Pero no solo el tamaño de la botella es importante: también lo es el color del vidrio. Dependiendo de su grado de opacidad, mayor o menor es su capacidad de protección frente a la luz y el sol. Así los vidrios claros se suelen utilizar para vinos que se consumen en el año, como los blancos o rosados. En el caso de vinos indicados para envejecer se hace uso de un cristal más oscuro.

Los tamaños de las botellas

Contamos con nada menos que 14 tamaños. Una curiosidad: a partir de la botella Magnum, todas las botellas reciben nombres bíblicos. En esta tabla te mostramos la equivalencia de cada una de ellas con respecto a la estándar de 750 ml.

Por qué consumir una botella Magnum o de tamaño mayor al Magnum

Como consecuencia de lo comentado anteriormente -menos oxígeno e impacto frente a la variación térmica- un contenedor mayor favorece un envejecimiento más armonioso.
Es estupenda para disfrutar entre amigos, en el caso de que se trate de 4 o más personas.

Es un regalo perfecto. Primero por su originalidad y segundo porque al ser su comercialización mucho más limitada le da un toque de exclusividad.

La botella estándar es la más utilizada y tiene una capacidad de 750 ml., tres cuartos de litro. Hay varias razones por las que se usa esta medida. Ya los romanos tomaban esta una unidad como la ración diaria para el consumo del vino. Cuando se introdujo el vidrio se conservó este número. Otra posible explicación (quien sabe si es leyenda) está en los artesanos del vidrio: podían hacer este recipiente soplando una sola vez. Si este era mayor, se requería soplar más veces.

Exclusividad y Precios de los grandes formatos

Muchas son las personas que se preguntan porqué una botella en gran formato tiene un precio superior a su equivalente en cantidad de vino en botellas de tamaño estándar (por ejemplo, un doble magnum equivale a 4 botellas, pero viene a costar el precio equivalente a 5 o 6 botellas del mismo vino embotellado en 750ml).

El motivo, no es solo que el coste de la materia prima aumenta de manera exponencial (corchos naturales de una pieza mucho mayores y de mejor calidad, botellas de gran formato y menor tirada, etiquetas más grandes y de menor tirada, lacre con lacrado manual, cajas de madera de elevada resistencia, etc), a esto hay que añadir que a partir de las botellas de 3 litros, todo el proceso de embotellado y etiquetado se hace de manera artesanal y manual. Esto limita la producción a tiradas muy pequeñas, de decenas de unidades frente a las centenas de miles de sus equivalentes botellas en 750 ml embotelladas y etiquetadas de manera automática.

Pero para compensar este incremento de precio, el vino guardado en estos formatos (especialmentre si es un vino de guarda, como el massuria), habrá evolucionado superlativamente mejor a su hermanito de 750 ml, hasta el punto de que paracerá otro vino completamente diferente y notablmente mejor al que deguste el formato más pequeño.

Esta serie de circunstancias, hacen de los grandes tamaños especialmente atractivos para coleccionistas, amantes del vino, conservadores de vinos de guarda, y favorece el que estos formatos, por su escasez y gran demanda, tengan una elevada revalorización.

La botella más grande del mundo

Tiene 4.5 metros de alto y ha sido producida en China por la bodega Wang Chen. Contiene la friolera de 1.850 litros, que equivale a 60.000 copas de vino. Se trata de más del triple de la capacidad de lo que hasta ahora era el récord mundial: un vino austríaco de la bodega Kracher de casi 500 litros. La botella más pequeña del mundo fue creada en Estados Unidos y tiene tan solo 3 cms de alto, con cabida para 0.75 ml de vino.

¿Nos cuentas tu experiencia con las botellas de gran formato?